Reseña: “La Revolución Capitalista de Chile (1973-2003)” de Manuel Gárate

El historiador Manuel Gárate publicó recientemente “La Revolución Capitalista de Chile (1973-2003)”. El libro se basa en la tesis doctoral del autor en la Escuela de Altos Estudios de Paris y se estructura en tres partes. La primera es una genealogía del pensamiento liberal económico en Chile desde mediados del siglo XIX; la segunda examina las transformaciones económicas implementadas durante el régimen de Pinochet (1973-1990); y la tercera explica el surgimiento de una sociedad de mercado en Chile y de una nueva elite capitalista caracterizada por un discurso liberal en lo económico y conservador en lo moral. Gárate argumenta que tanto los privilegios de la nueva elite empresarial como el rol preponderante de los economistas en las políticas públicas facilitaron que esta ‘revolución conservadora’ se arraigue en el Chile neoliberal. Este trabajo historiográfico destaca por varias contribuciones.

Primero, ofrece claridad conceptual para abordar la historia de la Economía Política chilena, los antecedentes y quiebres en ideas e instituciones, y las particularidades de la reciente modernización capitalista, evidenciando lo común, lo excepcional y lo paradójico de esta revolución. Las limitaciones del Estado de compromiso, el agotamiento del proyecto desarrollista, y las circunstancias históricas que permitieron que el liberalismo económico se instalara como programa político e ideológico durante el régimen de Pinochet, son claves para entender esta transformación. Según Gárate, la implantación del modelo de mercado en dictadura, con sus fases de monetarismo ortodoxo y liberalismo pragmático, con sus crisis y aprendizajes, fue profundizado de tal forma que se tornó casi irreversible en democracia. El amarre institucional y las restricciones políticas de la transición, la concentración de poder de los empresarios, y el embate ideológico con que demonizaban al Estado, parecieron no ofrecer más alternativa a los gobiernos de la Concertación que la continuidad del modelo de mercado, con algunos ajustes, claro.

Segundo, Gárate traza una genealogía del pensamiento económico liberal en Chile, conectando el embate liberal del siglo XIX de Courcelle-Seneuil con la ofensiva monetarista de los Chicago boys en los 1970s, y la posterior continuidad tecnocrática de los Cieplan monks (P. Silva 1991) en los 1990s. Entre medio, sin embargo, el liberalismo económico en Chile entró en crisis y casi desapareció. Entre 1930 y 1973 la políticas de sustitución de importaciones e industrialización alentada por el Estado, y el estructuralismo de la CEPAL, fueron las ideas dominantes que orientaron el capitalismo local. Fue solo con las condiciones excepcionales del Golpe de Estado de 1973, y el posterior control del Gobierno alcanzado por Pinochet, que ese grupo marginal de economistas de la Universidad Católica pudo acceder a los ministerios claves del régimen e impulsar drásticas reformas estructurales orientadas a restar la ingerencia del Estado y de la política en la economía. El autor enfatiza que la profundidad de las medidas económicas implementadas son inimaginables sin la violencia y represión de los primeros años de dictadura (Klein 2007, Taylor 2006), y sin la nueva institucionalidad de la Constitución de 1980 dictada por Jaime Guzmán y los gremialistas. En línea con los trabajos de Valdés 1995, Puryear 1994 y Montecinos & Markoff 2009, Gárate examina cómo las ideas económicas de Chicago arribaron, se aplicaron y se transformaron durante el régimen militar. Si bien para el autor hay diferencias en la política económica entre dictadura y democracia, el lenguaje común de los economistas de Pinochet y Cieplan, y sus disputas académicas sobre el impacto de las reformas, son antecedentes de las continuidades en política económica durante la transición, y de la preponderancia del discurso económico liberal en la clase política chilena. Como resalta el autor, “muchos de los antiguos opositores a la dictadura hoy defienden con vehemencia el modelo de economía que le dio origen”.

Tercero, la obra de Gárate describe minuciosamente las características actuales del capitalismo chileno. Tras cuatro décadas de transformaciones, “la centralidad de los equilibrios macroeconómicos, la reducción del papel del Estado en la economía, la primacía del sector privado en la producción de bienes y servicios, el desequilibrio entre capital y trabajo, y el apoyo irrestricto a la estrategia exportadora como motor del crecimiento” siguen siendo el sello distintivo de un modelo de mercado muy favorable a las empresas privadas. Usando una multiplicidad de fuentes contemporáneas – revistas, periódicos y literatura especializada – el autor revisa las principales controversias que marcaron la política económica de la transición. Gárate describe las condiciones de amarre, la búsqueda de consensos, y la paradoja que una coalición de centro izquierda gobierne con ideas neoliberales implantadas en dictadura. Las discusiones entre continuismo y renuncia, neoliberalismo y pragmatismo, y las discrepancias sobre el modelo entre autocomplacientes y autoflagelantes son antecedentes que ayudan a explicar la consolidación del modelo.

Cuarto, este libro entrega claves para entender la naturalización del mercado en el Chile post-dictadura, es decir, como triunfó institucional e ideológicamente esta revolución conservadora, al punto de parecer que no hay alternativa. El poder social que adquirieron los economistas neoliberales, la fascinación por el pensamiento tecnocrático, y la posición de influencia de los think tanks en la formulación de políticas marcan el nuevo orden democrático. El privilegio que goza la elite empresarial, con su abrumador discurso sobre el management y el espíritu emprendedor, pero con una perspectiva conservadora en lo moral, transmiten una visión naturalizada de la sociedad en que las desigualdades y la supremacía de los más fuertes parecen las consecuencias naturales del desarrollo del mercado. Como explica Gárate, la hegemonía de los economistas en Chile es determinante. Estos expertos abundan en los directorios de empresas, universidades y clubes deportivos, entre los asesores y formuladores de políticas, y ahora en el gobierno. Un botón de muestra es el nuevo think tank creado por Luksic, quien preocupado por la emergencia de movimientos sociales no tuvo mejor idea que juntar a un grupo de economistas para entender el ‘nuevo Chile’. Gandolfo remarcaba recientemente las limitaciones de estos expertos.

Este libro se engrana en un programa de investigación mayor sobre sociología económica, de los mercados y del consumo, entregando antecedentes históricos para explorar la variedad del capitalismo chileno. La Revolución Capitalista de Gárate probablemente devenga pieza fundamental para investigaciones sobre las transformaciones en el mundo de la empresa, la elite dominante en el Chile post-dictadura, las desigualdades en el mundo del trabajo y el impacto de los mercados en los perdedores de esta revolución capitalista. En suma, este es un excelente libro sobre la historia reciente de un país, que explica en un lenguaje claro la trayectoria de su actual Economía Política, es decir, como el neoliberalismo se estableció en Chile como la aparente solución natural al desarrollo.

Tomás Undurraga

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Comments

  • joseossandon  On June 5, 2012 at 4:53 am

    muy buen reseña Tomás y parece que hay que leer este libro entonces!
    una pregunta. según lo que he leído y oído de Manuel en conferencias y artículos, un momento importante a su juicio fue el diálogo que se desarrollo entre los economistas que trabajaban para la dictadura y los economistas de la oposición, en particular de Cieplan, desde fines de los 70s. ¿que tan importante es este momento en la historia más larga que se cuenta en el libro? ¿Y que sería lo que habría hecho posible ese diálogo? (son gente que se conocía de todas formas? una formación académica similar? un acuerdo más pragmático?). slds!

    • tomas undurraga  On June 6, 2012 at 6:20 am

      Mi impresión José es que la historia del la revolución capitalista que cuenta este libro es bastante más amplia que las disputas tecnocráticas entre los economistas de Pinochet y Cieplan. Gárate revisa en detalle la implantación del modelo económico durante los primeros años del régimen de Pinochet, con sus giros internos desde el monetarismo ortodoxo al liberalismo pragmático. La condición de autoritarismo parece bastante más trascendental para las primeras reformas que las discusiones sobre el impacto de política económica antes del colapso de la banca en 1982. Lo interesante de las críticas y búsquedas de consensos entre Cieplan Monks y Chicago boys, según lo que entendí de la interpretación de Gárate, es que habría facilitado la conexión de vínculos, y un lenguaje común, para la posterior continuidad de políticas de mercado en democracia. Es decir, los vínculos tecnocráticos y las disputas entre economistas de ambos bandos sobre el impacto de las reformas neoliberales, serían una de las claves de la continuidad de los noventa.

  • aldomadariaga  On June 5, 2012 at 9:51 am

    Hola Tomás, gracias por la reseña! me quedan algunas dudas respecto a cuales son las contribuciones específicas de este texto respecto a la literatura existente, cuál es tu sensación? Existe alguna tesis que sirva como hilo conductor y permita explicar momentos claves -desde mi punto de vista- como el giro pragmático luego de la crisis 82-3 o la continuidad de las políticas liberales en la concertación cuando los “amarres institucionales” fueron eliminados? Saludos!

    • tomas undurraga  On June 6, 2012 at 6:23 am

      Hola Aldo. Si, pienso que este libro hace contribuciones específicas. Reconstruye la historia del pensamiento económico liberal en Chile, rastreando sus orígenes en el S XIX, su cuasi desaparición entre 1930 y 1973, y su relanzamiento con los Chicago boys y permanencia posterior. Revisa en detalle las reformas sociales y económicas, sus aspectos ortodoxos y giro pragmático, y las condiciones poco transparente en que se realizaron las privatizaciones, explicando como se forma la actual elite dominante. Como hilo conductor está la paradoja de la nueva elite capitalista que surge con esta revolución conservadora, y de las características del Chile neoliberal: la predominancia de los economistas en la esfera pública, la fascinación con el pensamiento tecnocrático, el rol de los think tanks en las políticas públicas, etc… Quizás tengas que leerlo para salir de la duda. ☺ Saludos

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